- El teorema de los cuatro colores
Posiblemente éste es el descubrimiento más sensacional de este año. El, mal llamado a partir de 1974, teorema de los cuatro colores (en adelante conjetura, que es como debería llamarse desde ese momento), afirma que todo mapa plano puede colorearse con cuatro colores exactamente cumpliendo que ningún par de regiones con frontera común sean del mismo color. Es sencillo construir mapas que sólo exijan cuatro colores y, por otra parte, la topología ha conseguido demostrar que como mucho hacen falta cinco colores para colorear cualquier mapa plano. La cuestión es que el tema de los cuatro colores era algo que parecía cierto pero que, a falta de demostración, no dejaba de ser una conjetura. De hecho una conjetura que parecía escaparse de las manos de los expertos con una pericia directamente proporcional al esfuerzo y al tiempo que éstos le dedicaban.
De todas formas la conjetura de los cuatro colores era un resultado que casi todos los matemáticos creían cierto con casi total convencimiento. Algunos otros sugerían que era un resultado indecidible en un sentido, digamos, gödeliano. Pero también había expertos que creían el enunciado falso. Posiblemente el más representativo sea H.S.M. Coxeter, geómetra de la Universidad de Toronto.
Esta intuición, por llamarlo de alguna forma, resultó acertada en noviembre de 1974 cuando William McGregor, especialista en teoría de grafos, construyó un mapa plano con 110 regiones imposible de colorear con cuatro colores siguiendo la condición expuesta anteriormente (recordemos: no puede haber dos regiones con frontera común del mismo color). Aquí podéis ver el mapa en cuestión:
El informe técnico de McGregor apareció en Journal of Combinatorial Theory en 1978.
- Número entero
El acontecimiento más sorprendente en lo que a teoría de números se refiere que se produjo en 1974 fue el descubrimiento de que el número es un número entero. Ramanujan ya lo había conjeturado en una nota publicada en el Quaterly Journal of Pure and Applied Mathematics (vol. 45, 1913-1914, pág, 350). A mano, el gran matemático indio obtuvo que el valor de este número era . Debido a lo tedioso de los cálculos no pudo determinar el resto de decimales. Con todo y con eso Ramanujan conjeturó que segurían apareciendo nueves indefinidamente.
En 1972 un programa de ordenador desarrollado en Francia consiguió llevar el cálculo de este número mucho más allá obteniendo dos millones de nueves. La intuición de Ramanujan se afianzaba con este resultado.
En mayo de 1974 John Brillo, de la Universidad de Arizona, desarrolló un ingenioso método para aplicar la constante de Euler al cálculo de este número obteniendo el siguiente resultado:
A partir de aquí los esfuerzos se han dedicado a estudiar de qué forma el número primo consigue que esa potencia tan característica llegue a convertirse en tal número entero.
- El ordenador inteligente
En 1973 Richard Pinkleaf, de Laboratorio de Inteligencia Artificial de MIT, diseñó un programa ajedrecístico con la ayuda del excampeón mundial de ajedrez Mikhail Botvinnik. Pinkleaf bautizó a su máquina como ¡MacHip!; ya que en ciertas ocaciones parecía que jugaba borracha.
La cuestión es que ¡MacHip! es un programa diferente al resto de los de su campo al poseer una característica sorprendente: es capaz de aprender. El programa guarda en su memoria un registro de todas las partidas que ha jugado sacando partido de sus errores. Es decir, el programa acumula experiencia según juega partidas y se aprovecha de ello, mejorando de esta forma su juego constantemente.
A principios de 1974 Pinkleaf ejecutó ¡MacHip! haciendo que el programa jugase contra él mismo manteniéndolo durante siete meses en esta situación.
Al final de esta sesión, aparte de ver que cada partida duraba 1,5 segundos, ¡MacHip! anunció un resultado sorprendente: estableció, con una probabilidad elevadísima, que la salida peón a cuatro torre rey daba inexorablemente la victoria a las blancas. Evidentemente se trataba de un resultado totalmente inesperado ya que esa apertura era, hasta esa fecha, considerada muy endeble. Evidentemente la máquina no pudo analizar todas las situaciones posibles; sin embargo, al construir el árbol de juego de esta apertura, ¡MacHip! llevó cada rama a una posición que todo maestro de ajedrez consideraría tan desesperada para las negras que dejaría como única opción sacrificar la partida.
El gran Bobby Fisher afirmó en aquella época que poseía desde que contaba con 11 años de una defensa inexpugnable para la apertura P4TR. Fisher se ofreció para enfrentarse a ¡MacHip!, pero la enorme prima que exigía (25 millones de dólares), evitó que se produjera el enfrentamiento.
De todas formas el impacto del descubrimiento fue tal que los principales ajedrecistas de todo el mundo, especialmente los soviéticos de la época, intentaron presionar a Pinkleaf para que destruyera a ¡MacHip! y todos sus registros.
- Contradicción en la teoría de la relatividad especial
Como leéis: en 1974 se descubrió que en la teoría de la relatividad especial hay una contradicción lógica. Vamos a describir el experimento conceptual a partir del cual se descubrió dicha contradicción:
Imaginemos una vara de un metro viajando a través del espacio, como un cohete, en una trayectoria rectilínea colineal con su dimensión mayor. Por otro lado, tenemos una placa con un agujero circular de un metro de diámetro, cuyo plano es paralelo a la línea recta descrita por la vara y se mueve en dirección perpendicular a ella. La situación podría ejemplificarse con la siguiente imagen:
Idealizamos el experimento imaginando que tanto la placa como la varilla tienen espesor nulo. Ambos objetos siguen cursos de colisión exacta: en un mismo instante, el centro de la varilla y el centro del agujero coincidirán.
Supongamos que la placa constituya el sistema de referencia inercial y que la vara se esté moviendo tan rápidamente que su factor de contracción de Lorenz sea 10. En esta referencia inercial, la vara tiene una longitud de 10 centímetros. En consecuencia podrá pasar a través del agujero de la placa que se está elevando rápidamente hacia ella (la velocidad con la que asciende la placa es irrelevante).
Tomemos ahora la varilla como referencia inercial. La placa se está moviendo en la dirección horizontal contraria, por lo cual, que ahora experimenta la contracción de Lorenz es el agujero de la placa, que se contrae en la dirección del diámetro paralelo a la barra, hasta quedar reducido a 10 centímetros. No hay entonces forma de que el agujero elíptico, que mide ahora 10 centímetros por 1 metro, pueda dejar pasar la varilla a través de él: la colisión es inevitable.
Las dos situaciones no son equivalentes, violándose así una de las hipótesis fundamentales de la teoría especial de la relatividad.
Los físicos tenían conciencia desde hacía mucho tiempo de que la teoría general de la relatividad no era demasiado fuerte y sólo estaba confirmada indirectamente, pero respecto a la teoría especial de la relatividad eran tantas las pruebas que la confirmaban que el descubrimiento de esta contradicción lógica provocó una sorpresa mayúscula. Humbert Pringle, físico británico descubridor del Gedankenexperimentfatal, fue quien publicó este hecho en Reviews of Modern Physics.
- El dibujo perdido de Leonardo
En 1974 MacGraw-Hill publicó las ediciones facsímiles de dos cuadernos perdidos de Leonardo da Vinci. A partir de ellos se pudo tener constancia de algunos inventos del gran Leonardo que eran, hasta ese momento, desconocidos: un sistema de rodamientos de bolas que rodean un pivote cónico (cuya invención se atribuía a Sperry Gyroscope, hacia los años 20), un tornillo sin fin atribuido a un relojero del siglo XVIII y, entre otros, una bicicleta con transmisión de cadena.
Teniendo en cuenta esta publicación es difícil entender las razones por las que los medios de comunicación no informaron sobre el descubrimiento de un dibujo que faltaba del primero de los cuadernos en diciembre de 1974. Este cuaderno, conocido como Codex Madrid I (por haber sido descubierto diez años antes en la Biblioteca Nacional de Madrid), es un tratado de 382 páginas dedicado a la mecánica teórica y aplicada. Augusto Macaroni, de la Universidad Católica de Milán, informó de que el dibujo se encontraba en una sección dedicada a dispositivos hidráulicos y especuló que podría tratarse de algún tipo de mecanismo de descarga de agua.
La página en cuestión fue hallada por Ramón Paz y Bicúspide, director de la sección de manuscritos de la Biblioteca de Madrid. La misma había sido arrancada del manuscrito y se encontraba dentro de un tratado del siglo XV. La siguiente imagen corresponde a una fotocopia del original:
A la vista de esta imagen se deduce que Macaroni iba bien orientado: se ve claramente la prioridad de Leonardo en inventar la cisterna de inodoro.
Mucho antes de este importante descubrimiento ya se sabía que Leonardo había inventado un asiento plegable de retrete, pero el sistema de agua era distinto. Hasta 1974 se atribuía la invención del primer inodoro con cisterna y válvula de descarga a Sir John Harrington, nieto de la reina Isabel I de Inglaterra, aunque la primera patente inglesa para un inodoro de estas características le fue otorgada a Alexander Cummings en 1775. A partir de la aparición de este documento la autoría del primero inodoro moderno cambió para siempre.
- Energía psi
A pesar de la cantidad de textos parapsicológicos que aparecieron en 1974, el tema que nos ocupa no apareció en ninguno de ellos. Y es extraño, ya que se trata del mayor descubrimiento psi del siglo: un sencillo motor que funciona con energía psi. Fue construido en 1973 por Robert Ripoff, notable parapsicólogo de la Escuela de Praga y fundador del Instituto Internacional de Investigación de Auras de Mamíferos.
Cuando Henrietta Birdbrain, especialista norteamericana en fotografía Kirlian, visitó Praga a principios de este año el doctor Ripoff le enseñó a construir este motor psíquico inventado por él. A partir de aquí la señora Birdbrain lo mostró durante sus conferencias. El único artículo publicado sobre este aparato se produjo en el East West Journal, revista mensual de Boston, en mayo de 1974.
Vamos a ver cómo podemos construir un motor de este tipo. Recortemos para comenzar un rectángulo de 7,5 por 21 centímetros de papel de hilo de buena calidad. Abrimos en este papel una pequeña rendija de 1 cm de longitud colocada exactamente en el centro de la tira, a 3 mm del borde superior. Debe quedar algo así:
Curvamos el papel para forma con él un cilindro donde la extremos deben superponerse exactamente 8 mm. Se abre otra rendija en el centro de la zona de pegado exactamente enfrente de la anterior, con el mismo tamaño que la primera y a la misma distancia del borde superior. La cosa quedará de la siguiente forma:
De un trozo de cartulina de peso similar se recorta una tira rectangular de 1 cm de ancho por 7,5 cm de largo. En su centro se inserta una aguja fina, haciéndola pasar dos veces a través de la cartulina. La punta de la aguja no debería encontrarse más de unos 6-7 mm por debajo del borde inferior de la tira, tal como muestra la siguiente imagen:
Se hacen pasar los extremos de la tira de cartulina por las dos rendijas abiertas en el cilindro procurando no doblar la tira:
El último paso consiste en equilibrar la aguja sobre la boca de una botella estrecha de no menos de 10 cm de alto. Es esencial que la boca de la botella sea de cristal o, si no es posible, de plástico liso y muy duro:
Ajustamos ahora la tira en las rendijas hasta que el cilindro penda en posición perfectamente vertical, concéntricamente con la botella, a la misma distancia de ésta por todo su contorno. Se cortan con unas tijeras los extremos de la tira de modo que solamente sobresalga por cada lado unos 6 mm.
Colocamos el motor sobre un ejemplar de La Biblia o del I Ching, con el lomo del libro perfectamente orientado en la dirección norte-sur. Nos sentamos frente al motor mirando al norte y mantenemos una de nuestras manos arqueada rodeando el cilindro lo más cerca posible de él pero sin tocarlo, como muestra la siguiente figura:
Dejamos la mente en blanco (todo lo posible) y enfocamos toda nuestra energía mental sobre el motor. Éste girará lentamente, a veces en el sentido de la agujas del reloj y a veces en el contrario. Si tarda en comenzar a girar no debemos perder la paciencia, ya que generalmente se tarda al menos un minuto en conseguir que el motor gire por el efecto de la energía psi que lleva nuestra aura.
Como es evidente algunas personas tiene una energía psi más intensa que otras. El estado mental y la capacidad de cada uno para dejar la mente en blanco influyen en esa intensidad. Habrá veces, por tanto, en las que el motor no gire y otras en las que el motor comience a girar nada más comencemos a concentrarnos. Aunque los experimentos dan a entender que es más fácil que el motor gire en sentido contrario al reloj utilizando la mano derecha y en sentido horario con la mano izquierda a veces puede ocurrir lo contrario.
Nada más conocerse este hecho numerosos laboratorios de Parapsicología comenzaron a estudiarlos. Muchos expertos están convencidos de que la energía que hace girar el motor es la misma que permitía a Ninel Kulagina mover objetos sin tocarlos. De hecho, cuando Kulagina mantenía las dos manos alrededor del motor, el cilindro salía volando varios metros hacia arriba.
Todavía no se conoce con demasiada exactitud por qué el motor es tan eficaz.