
Identificado como la «eminencia gris» del gobierno de Fujimori, Montesinos fue responsable en gran medida de la política contra el terrorismo que se aplicó en el Perú durante el decenio fujimorista, pero también fue el fundador del Grupo Colina una entidad paramilitar, implementada en genocidios, violaciones a los Derechos Humanos y terrorismo de estado.
Envuelto en numerosas acusaciones y escándalos de corrupción, Montesinos usó su posición dentro del régimen fujimorista, para mediante intimidaciones, acciones cuestionables e ilícitas, para acumular más poder y beneficiarse económicamente, en una escala nunca antes vista en la Historia democrática del Perú.