Los griegos le dieron una importancia casi religiosa a competir, por que creían que era a través de la competencia la raza humana lograba lo mejor de sí.
La historia es que los persas bajo Darío II invadieron Grecia, desembarcando en la playa de Maratón, y el pequeño ejército ateniense los contuvo, los vencieron y los mandaron de vuelta a sus barcos.
La leyenda cuenta que se envió un mensajero de Maratón a Atenas, que son unos 42 kilómetros promedio para anunciar la noticia “alégrense salimos victoriosos”, luego colapsó y murió.