martes, 5 de agosto de 2014

La muerte

"La muerte es el fin de una vida. Cuando la vida concluye, la muerte se hace evidente".

Con la muerte el ser humano culmina una etapa de su existencia llevando consigo: el resumen de su historia; sus experiencias; emociones y sentimientos.


Cuando nacemos, lo único que tenemos por cierto es que vamos a morir, todos los seres vivos debemos morir. La muerte es un misterio como lo es la vida. Si tuviéramos presente en nuestra vida diaria lo maravilloso que es vivir, le daríamos un significado más profundo a nuestras vidas y estaríamos mejor preparados para enfrentar la muerte.


Existen muchos mitos y tabúes alrededor de la muerte, en ocasiones fantaseamos con vencer a la muerte porque desconocemos cómo es, creemos que es un castigo o una falla de los avances científicos y pensamos que llegará un día en que podremos ser inmortales, todo esto, claro, es una mera ilusión.


La muerte no la podemos experimentar. Cuando un ser querido muere, sentimos o decimos que nuestra vida carece de sentido y que estamos muriendo con el ser querido.


Lo que sucede es que estamos sintiendo un dolor muy profundo, por la muerte de nuestro ser querido, tenemos el dolor de su pérdida, por lo que representaba para nosotros y no sabemos en dónde poner los sentimientos que nos unían.


Si alguna persona nos preguntara qué día o a qué edad nos gustaría que nuestros seres queridos murieran, dudaríamos en dar una respuesta rápida.


En la mayoría de los casos nuestra respuesta probable podría ser: cuando cronológicamente sea muy grande.


Si analizáramos esta respuesta, entonces estamos de acuerdo en que ese día tendrá que llegar en algún momento. Entonces, ¿por qué no aceptamos que la muerte es algo natural y que todos los que estamos vivos tenemos que morir? La respuesta es muy simple, creemos que estamos preparados para enfrentarnos con la muerte de nuestros seres queridos o con la nuestra, pero en realidad nos falta mucho por aprender a vivir sabiendo que vamos a morir.


Para cada persona, la imagen de la muerte se presenta de manera diferente: por cómo se ha percibido en el entorno y dependiendo de la historia de cada individuo.


La vida no puede existir sin la muerte, para morir sólo hace falta vivir.


En la mayoría de las veces, en nuestra cultura, antes de que nazca un bebé, nos preparamos para recibirlo, es un evento especial, hablamos del acontecimiento con alegría y la mayoría de las personas que van a formar su entorno se preparan para darle la bienvenida.


La muerte es también un evento especial pero nos cuesta mucho trabajo hablar de ella, lo posponemos en lo posible y pensamos que es de mal gusto hacerlo.


Sabemos que morir es algo seguro, que va a suceder y sin embargo no queremos verlo como un proceso natural por el que todos, sin excepción, vamos a pasar.


En la mayoría de los casos no nos preparamos para despedirnos de nuestros seres queridos y no estamos dispuestos a permitir que nuestros seres queridos se despidan de nosotros.


Existen circunstancias en las que sí podemos ver a la muerte como algo natural, cuando se trata de alguien que no es tan cercano a nosotros o que muere tal vez, a los 100 años. En dichas situaciones sí lo aceptamos, porque el proceso de la vida, nacer, crecer, multiplicarse y morir nos parece lógico, es algo que tenemos bien aprendido.


Cuando se trata de la muerte de un niño, un joven o alguien cercano a nosotros nos parece incomprensible, sentimos que se ha truncado su vida, que su muerte no es justa.


Posiblemente en algunos casos en que exista una enfermedad devastadora, nuestra razón nos indica que la podemos entender, pero nuestro corazón no la comprende. Entonces necesitamos unir razón y corazón para enfrentar el dolor por la muerte de nuestro ser querido.